martes, 22 de enero de 2013

LOS MARCIANOS



Autor: Sebastián Andrés Amar Muñoz

LOS MARCIANOS

es el primer día del mundo, un mundo primitivo que recién abre los ojos para descubrir y aprender nuevas cosas, de una cueva sale una familia de cavernícolas que estaban armados con lanzas con puntas de piedra y arcos y flechas, se acercan a un Mamut que pastaba en las cercanías de la zona, cuando desde el cielo desciende un objeto plateado con forma de plato que tenía muchas luces de colores en su alrededor, de su interior se bajan varios seres con aspecto metálico, parecen "robots" a simple vista de los cavernícolas, pero se quitan sus cascos y debajo de sus ropas parecen noruegos venidos de alguna parte de Europa, con largos cabellos rubios y piel blanca como la leche, al igual que grandes ojos azules como el cielo, hablan en un extraño idioma que llama la atención de los cavernícolas, quienes al verlos no tienen más alternativa que comenzar a adorarlos como "Dioses", los astronautas reaccionan sorprendidos ante la reacción de los cavernícolas, les hablan en lenguaje de señas para explicarle que no son "Dioses", sino que son viajeros del espacio que vinieron para estudiar su mundo primitivo, los cavernícolas no logran comprenderlos y siguen adorándolos como Dioses

Pasa el tiempo y los astronautas ya se habían acostumbrado a los cavernícolas, ambos seguían sin entenderse porque a unos solo les importaba ser tratados como Dioses mientras que los otros solo los adoraban ingenuamente, los astronautas seguían realizando anotaciones sobre el estilo de vida primitiva de los cavernícolas, habitos como la dieta, la alimentación, sus horas para dormir, lenguaje, no les costó nada aprender su lenguaje primitivo, pero seguían aprovechándose de los pobres cavernícolas, hasta que un astronauta secuestra a una hembra cavernícola para violarla porque hace mucho tiempo que no tenía sexo, a lo que su colega astronauta lo golpea diciéndole que con eso había arruinado la investigación, no se daba cuenta que con eso podrían despedirlos

A lo que los astronautas entran a su platillo volador despidiéndose de los cavernícolas y pidiéndoles disculpas por lo sucedido con su hembra, el platillo volador se eleva en los cielos desapareciendo un parpadeo, a lo que la hembra cavernícola toca su vientre sintiendo como crecía un bebé en su interior, mientras en el suelo del planeta primitivo flotaba un pedazo de papel que tenía el logo de la NASA donde se especificaba toda la misión de los astronautas

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