Autor: Sebastián Andrés Amar Muñoz
APOCALYPTO
amaneció un 21 de Diciembre, no recuerdo de que año, pero
salí a caminar.
Las calles estaban vacías y no se detectaba un alma, había
pájaros muertos en el suelo y los Centros Comerciales estaban desiertos, en los
estacionamientos pagos tampoco había vehículos estacionados, ni siquiera
bicicletas o motocicletas, era como si todos hubieran desaparecido ese día,
entonces lo recordé, todos habían desaparecido por "El Ascenso" que
hablaban en La Biblia, todos se habían ido al Paraíso mientras que los
Pecadores sufriríamos en el Infierno, ¿eso que significará?, ¿habrá más pecadores
en este mundo o seré el único?, ¿de que me alimentaré?. ...
entonces observo a lo lejos una multitud de personas que
corren rápidamente como si alguien los estuviera persiguiendo, entonces me doy
cuenta que son Zombies y que vienen para comerme, corro lo más rápido que puedo
para escapar de esos monstruos pero son demasiados para un solo hombre, además
que me había dado un esguince en el pie por mi falta de actividad física,
entonces los Zombies empiezan a devorarme cuando montado en un caballo blanco
aparece una criatura de hábitos negros con una guadaña en la mano, sus brazos
blancos huesos que me llenan temor, entonces llega mi fin, soy uno más del
ganado de Zombies que la Muerte corretea por los caminos de un planeta desierto
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